Descubrimos La Mussara, un pueblo abandonado en un emplazamiento único, que nos ofrece unas vistas inigualables, y del cual incluso se dice que está encantado.
Cómo llegar
El acceso a La Mussara se hace a través de la carretera T-704 que une Vilaplana y Prades. Después de finalizar el ascenso nos encontraremos un desvío muy bien indicado a nuestra izquierda, que nos llevará a los restos del pueblo. Encontraremos todo el camino asfaltado, dejando sin asfaltar una pequeña explanada donde podremos dejar las motos.
El pueblo
La Mussara es de origen sarraceno, se supone que había un descacamento del valí de Siurana, aunque no se conservan restos de la época.
Cuando lleguemos estaremos justo delante de la iglésia, que ya se documenta el 1194, actualmente apuntalada, y tendremos frente a nosotros una de las características más icónicas de La Mussara. El embalse natural que forma la pendiente de piedra.
Continuando la fachada de la iglésia, y haciendo frente al embarase podemos ver las ruinas del resto de edificios que formaban el pueblo. Esta es una imagen muy conocida, y cuesta poco imaginarse cómo tenía que ser este lugar cuando estaba habitado.
Si subimos la pendiente llegaremos a El Xalet, la edificación más alta del pueblo, que se sitúa a 1071 metros de altitud. Fue usada como refugio de montaña, hoy también en desuso, pero nos sirve de referencia para lo que se convierte en uno de los miradores más espectaculares de Catalunya. En un día suficientemente claro se puede llegar a ver incluso la isla de Mallorca.
El Refugio de Montaña de La Mussara
Poco antes de acceder al pueblo abandonado veremos a la izquierda el acceso a un edificio restaurando. Se trata de el Refugio de montaña de La Mussara.
Aquí nos podremos alojar en una habitación compartida o acampar, el refugio nos ofrece ducha, agua caliente, Wi-Fi, cocina y además ofrece servicio de comidas. Suele ser usado por excursionistas y escaladores, pero ¿por qué no detenerse con la moto, y plantar la tienda aquí? A veces no es necesario hacer centenares de kilómetros para encontrar un sitio para desconectar en medio de la montaña con unas vistas irrepetibles como éstas.














Esta senda nos lleva a través del pantano de la Llosa del Cavall (pasaremos por el mismo muro de contención) entre Solsona y Sant Llorenç.
A pesar de que el Coll d’Estenalles en un extremo tiene los carriles separados, en su mayor parte no existe tal distinción y es bastante revirada con algunas curvas ciegas. En la parte más cercana a Terrassa pasaremos por zonas más sombrías y boscosas que tendrán humedad en invierno y que corresponde además con la zona más transitada por los coches y ciclistas.
La carretera de Monistrol nos lleva entre Calders y Sant Llorenç Savall por la B-124 es tremendamente divertido, probablemente la carretera más seductora de la zona. Está formado por curvas cerradas pero bien trazadas y enlazadas.